En los últimos años, el hidrógeno verde se ha consolidado como uno de los vectores energéticos más prometedores en la transición hacia economías bajas en carbono. Países de todo el mundo están desarrollando estrategias para su producción, uso e integración, y la Argentina cuenta con condiciones naturales y técnicas que la posicionan de forma favorable en este nuevo escenario.
El hidrógeno verde es un gas obtenido mediante electrólisis del agua, utilizando electricidad generada a partir de fuentes renovables como la energía solar o eólica. A diferencia del hidrógeno gris (producido a partir de combustibles fósiles), el verde no genera emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que representa una alternativa limpia y sostenible.
Su uso es versátil: puede emplearse como combustible, para almacenamiento de energía o como insumo en sectores industriales intensivos como la siderurgia, el transporte pesado o la producción de fertilizantes.
En países como Alemania, el hidrógeno verde ocupa un lugar central dentro de la estrategia energética nacional. El objetivo es claro: alcanzar la neutralidad de carbono, asegurar el suministro energético y reducir la dependencia de fuentes fósiles importadas. Para ello, el Estado alemán promueve activamente la cooperación entre el sector público y privado, así como alianzas con países que pueden ser proveedores estratégicos.
Durante una reciente misión técnica organizada por la Cámara de Comercio e Industria Argentino-Alemana, profesionales y referentes del ámbito público y privado argentino tuvieron la oportunidad de recorrer instalaciones, conocer iniciativas en marcha y dialogar con instituciones vinculadas al desarrollo de esta tecnología.
Nuestro país tiene las condiciones para convertirse en potencia en producción de hidrógeno verde:
✅Vientos patagónicos constantes y de alta calidad
✅ Alta radiación solar en regiones como La Rioja y Cuyo
✅ Agua en zonas estratégicas
✅ Infraestructura energética en crecimiento
✅ Recursos humanos altamente capacitados
Estas condiciones convierten al país en un potencial actor relevante dentro del mercado global de hidrógeno verde. Además del consumo interno, se abren oportunidades de exportación hacia países con alta demanda proyectada, como Alemania, Japón o Corea del Sur.
Pero el recurso por sí solo no alcanza. Se necesita una estrategia nacional clara, visión de largo plazo y decisiones valientes para no llegar tarde a un mercado que se está consolidando rápidamente.
La provincia de La Rioja presenta condiciones favorables para el aprovechamiento de la energía solar y el desarrollo de proyectos vinculados al hidrógeno verde. Desde distintos espacios institucionales y académicos, se promueve la investigación, la formación técnica y el intercambio de experiencias para explorar estas oportunidades de forma planificada y sustentable.
Para obtener 1 kg de hidrógeno se utilizan 9 litros de agua. Este dato es significativo para los riojanos, debido a la crisis hídrica existente en la provincia y porque se puede utiizar agua que no es para consumo humano, como aguas residuales o fuentes alternativas con tratamiento previo como pozos de aguas salubre.
La articulación entre gobiernos locales, instituciones educativas, empresas y organismos internacionales será clave para acompañar el proceso de desarrollo de esta industria en etapas. El hidrógeno verde no es solo un tema energético: también abre posibilidades en términos de empleo, formación profesional, innovación tecnológica y desarrollo regional.
“El hidrógeno verde no es solo un tema energético: también abre posibilidades en términos de empleo, formación profesional, innovación tecnológica y desarrollo regional.”
El futuro energético ya está en marcha. Y el hidrógeno verde es uno de sus motores principales. El mundo lo sabe, lo demanda y lo está construyendo. Desde Argentina, y desde regiones como La Rioja, tenemos que tomar la decisión de participar activamente, articulando recursos y proyectos.
La creación de marcos regulatorios, incentivos económicos y estándares técnicos es parte de una agenda que se está definiendo a nivel global.
En ese marco, la participación de la Argentina y de sus regiones resulta fundamental para que el país se integre tempranamente a esta nueva dinámica energética.
Se estima que el potencial de generación de empleos puede ser de 50 mil nuevos puestos. En materia de divisas se puede lograr un gran potencial exportador, estimando de cara al 2050, exportar 15.000 millones de dólares ligados al hidrógeno.
Adicionalmente, se pueden abaratar costos al poder reconvertir plantas térmicas, de gas o petroleras usando infraestructura existente para producir hidrógeno verde.