Miles de familias en todo el país retomaron una rutina bien conocida: la vuelta a clases. Estudiantes, docentes y padres comienzan un nuevo ciclo lectivo, entre emociones mezcladas y una realidad económica que no pasa desapercibida.
Las mochilas vuelven a colgarse de los hombros y los grupos de WhatsApp escolares se reactivan, pero ¿cómo vivieron las familias riojanas este momento?
Hay quienes lo reciben con entusiasmo, quienes lo hacen con cierta ansiedad y también aquellos que sienten el peso financiero de este regreso.
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Según un relevamiento nacional, el conjunto de útiles básicos escolares para primaria, compuesto por 20 productos —incluyendo una mochila básica— tiene un valor promedio de $56.265. Esto representa un aumento del 44% respecto a 2024, cuando la misma lista costaba $38.999.
Pero la cifra puede aumentar significativamente. Si se suman una mochila y un guardapolvo de primera marca, más una cartuchera básica, la canasta escolar asciende a $100.890. En comparación, en 2024 ese total era de $72.449, lo que marca un incremento del 39%.
En el caso de la secundaria, la situación no es muy diferente. La canasta básica, que incluye 28 productos, alcanza los $54.415, con un aumento interanual del 57%. Hace apenas un año, costaba $34.695.
La vuelta a clases no solo implicó abrir cuadernos y estrenar lápices; fue también el inicio de un año cargado de expectativas para familias y docentes. La inflación y los aumentos en la canasta escolar agregan un desafío extra, obligando a muchas familias a buscar alternativas, promociones o incluso reutilizar útiles del año anterior.
En definitiva, el regreso a las aulas es un momento cargado de emociones, pero también de realidades que atraviesan a todos por igual. El desafío está en equilibrar expectativas, organización familiar y economía doméstica para que el ciclo lectivo comience con el pie derecho.
EL CONTEXTO DE LA VUELTA A CLASES EN LA RIOJA
En La Rioja, la vuelta a clases en 2025 llega en un contexto que aún presenta desafíos importantes. Familias y docentes coinciden en que la falta de mantenimiento en las escuelas, dificultades en conectividad y recursos limitados para la enseñanza digital siguen afectando la calidad educativa, especialmente en el interior de la provincia. Padres y madres hacen un gran esfuerzo para cubrir esos faltantes y acompañar a sus hijos en un comienzo de ciclo que, para muchos, resulta más complejo de lo esperado.